CUADERNO DE VIAJE
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Argelés-sur-Mer

Palacio de los reyes de Mallorca Mediterráneo

 Texto y fotos:  María Jesús Leza 


Sábado 27 de abril
Llegamos a la residencia Azureva de Argelés-sur-Mer a media tarde, después de un largo viaje en automóvil desde Madrid, acompañados por la lluvia en esta desapacible y atípica primavera. Menos mal que cómo era de esperar, nuestros anfitriones franceses de los Eurojumelages nos acogen con gran amabilidad, especialmente el coordinador del encuentro, Monsieur René Gaurenne. A las siete de la tarde -como es sabido en Francia se cena mucho antes-, nos encontramos reunidos todos los participantes en el comedor: treinta y siete personas, entre alemanes, ingleses y españoles. Todo son presentaciones, saludos y abrazos, pues algunos se conocen de anteriores encuentros.
Durante la cena, Monsieur Gaurenne nos explica el programa del día siguiente. Aunque según el parte meteorológico el tiempo se anuncia lluvioso y temperaturas más bien bajas, están dispuestos contra viento y marea, nunca mejor dicho, a llevar su programa cultural de visitas a rajatabla.

Domingo 28 de de Abril
A las ocho de la mañana montamos en el autobús que nos llevará a Villafranche-de- Conflent. Dentro del bus se presenta la que va a ser nuestra guía durante todo el viaje, Nati Zorzo, de origen español, concretamente de Asturias. Camino ya de Villafranche y mientras Nati comienza a ponernos al corriente de la visita, a través de la ventanilla intuyo, fundido entre la densa niebla, el paisaje de la región: verdes llanuras repletas de viñedos y a lo lejos la silueta montañosa de las estribaciones de los Pirineos.Viñedos del Rosellón
Cuando llegamos a nuestro destino y bajamos del autobús llueve con fuerza y hace frío. Algunos no han traído la ropa adecuada, seguramente confiando en el amable clima del sur de Francia, pero a pesar de todo, la visita no se interrumpe. Villafranche-de-Conflet es una ciudad fortificada, de origen medieval construida a principios del siglo XI y concluida en el XIII, célebre por sus largas, sólidas e inaccesibles murallas; las recorremos sin abandonar el paraguas, a pesar de que parte de ellas se hallan protegidas bajo techado. Después visitamos la interesante iglesia románica de San Jacobo con su campanario construido en mármol rosa y su curiosa portada románica esculpida con animales exóticos de inspiración oriental. En su interior, bello y austero, se puede admirar una enorme talla gótica de un Cristo yacente. A la salida de la iglesia recorremos las bien trazadas calles de esa ciudad medieval al pie de la montaña, que está coronada por un fuerte. Subimos al bien conservado “Chateau-fort Liberia” y cuando cruzamos el puente levadizo comienzan a caer copos de nieve. Dentro del castillo nos conducen a una habitación del sótano, donde nos “apiñamos” ante mesas y bancos corridos; puede que esa estancia sea parte de las antiguas mazmorras pero eso, en el fondo nos da igual, lo único que queremos es entrar en calor. En “la mazmorra", nuestros anfitriones nos obsequian con una “grillade" catalana, a base de butifarra, chorizo y morcilla, regada toda ella con vino de la zona.
Cuando abandonamos el fuerte ha dejado de nevar y parece que la sensación de frío se ha mitigado un poco, gracias al vino y al menú rico en calorías. Algo más reconfortados, partimos hacía Saint-Michel de Cuxa, abadía benedictina del siglo XI, uno de los monumentos religiosos más importantes del Sur de Francia. Una vez allí contemplamos el interior de la iglesia prerrománica, el campanario y su maravillosa cripta. Después de recorrer lo que queda de un claustro grandioso, hacemos fotos del conjunto y de su torre. Así, envuelta en ese ambiente gris y frío, pienso que la abadía no deja de tener un encanto especial, como salida de otro tiempo.
Ya de regreso a Argelés, Nati continúa explicándonos la historia de la región. Nati ha demostrado ser una guía excelente, de vasta cultura, se expresa de una manera sencilla y amena. Se dirige a todos en francés, algo que nos viene bien, ya que será un refuerzo para las clases de ese idioma que vamos a recibir todas las mañanas en la residencia.

Lunes 29 de Abril
Después del almuerzo del mediodía salimos hacía Castelnou y Elne. El tiempo no ha mejorado, se esperan lluvias y las temperaturas han bajado respecto al día anterior. Antes de llegar a Castelnou, el bus para en un lugar estratégico para sacar fotografías. El conjunto del caserío de Castelnou, claro exponente de la Cataluña medieval, se ve envuelto en la bruma rodeado de nubes amenazadoras. Ya en la noble villa, con la amenaza de lluvia sobre nuestras cabezas, recorremos las estrechas y tortuosas calles de la ciudad fortificada, como otras de esta parte del Rosellón, y subimos la empinada cuesta al castillo de los vizcondes de Vallespir. Según nos informa Nati, esta ciudad es actualmente refugio de pintores y artistas. Un poco antes de subir de nuevo al bus comienza a llover, la gran nube negra que veíamos a lo lejos la tenemos ya encima.
Hospital suizo de ElneCamino de Elne, nos detenemos para realizar una visita un tanto especial. Se trata de la Maternidad Suiza de Elne. Esa maternidad ya no existe como tal, este antiguo palacete ha sido trasformado en un museo de recuerdo y memoria.
En 1939, la enfermera suiza Elisabeth Eidenbenz, creó en este “chateau d´Bardon”, un hospital para acoger a las mujeres embarazadas internadas en los campos de concentración, primero a las refugiadas españolas y, más tarde, a madres judías y madres gitanas. Así entre 1939 y 1944, uno de los periodos más trágicos de la historia europea, nacerán aquí 591 niños. En este establecimiento, dirigido con valentía y coraje por esa mujer, serán acogidas un millar de mujeres y niños, que encontraron aquí una isla de paz y respeto.
El interior del museo no puede ser más emotivo. En las diferentes salas se exponen viejas fotos del antiguo paritorio, de las salas de las madres recién paridas, de niños felices jugando en el jardín a su cuidado. Fotos también del campo de concentración de Argelés, de gente asustada y desnutrida, del reparto de alimentos, e incluso se exhiben enseres de los refugiados, viejas maletas de cartón y pobres mantas de borra. Esas imágenes me producen un nudo en la garganta y hacen que se me humedezcan los ojos, a pesar de que pienso que aquel lugar era un refugio, un rayo de humanidad dentro del horror de la guerra.
Catedral de Elne

Cuando llegamos a Elne jarrea de lo lindo. Elne ciudad fortificada y antigua capital del Rosellón con sus murallas y su interesante conjunto arquitectónico. Caminamos por sus calles solitarias, cobijándonos del viento y la lluvia como podemos, hasta llegar a la imponente catedral del siglo XI. Su bellísimo claustro gótico de mármol blanco es lo más destacado, con sus capiteles de iconografía original y pluralidad de temas, fauna, flora, religión...
Dada por terminada la visita a Elne, regresamos a Azureba e irrumpimos en el comedor un tanto cansados y ateridos. Es allí, en el comedor, durante el desayuno, almuerzo y cena, donde comentamos las excursiones y estrechamos lazos con nuestros compañeros de viaje, con la curiosa particularidad de que nos comunicamos entre nosotros con un sólo idioma común, el francés.

Martes 30 de abril
Este día, según el programa de visitas, está dedicado a la ciudad Perpignan y al palacio de los reyes de Mallorca. Afortunadamente han cesado las lluvias, subido algunos grados la temperatura y, entre nube y nube, se ven retazos de cielo azul. El bus aparca en la ciudad y vamos caminando, ya libres del paraguas, hasta la colina rodeada de jardines donde se asienta el palacio fortaleza de los Reyes de Mallorca.
El impresionante palacio, comparable al de los Papas de Avignon, de estilo gótico fue construido en el último cuarto del siglo XIII por el rey Jaime II, que se trasladó a Perpignan en 1276; su construcción se completó al final del siglo XIV. El palacio cuenta con dos amplios patios, elegantes pórticos y galerías. Siempre acompañados por Nati, y escuchando sus interesantes y exhaustivas explicaciones, recorremos las estancias principales: la sala del trono, la gran sala, la sede del poder político, la de la cancillería y el comedor. En el piso inferior se encuentra la Santa Capilla, muy semejante la “Sainte Chapelle” de París, con estilizadas vidrieras. La acústica allí es magnífica y Nati nos deleita con una antigua canción sefardí, con una voz tan dulce y limpia, que sorprende a todos.
Bajamos de nuevo la colina y nos adentramos en la ciudad. Perpignan es, a mi modo de ver, la típica y encantadora ciudad de provincias. Bonita y coqueta, con su arquitectura burguesa del XIX y principios del XX; observo que no falta el “art nouveau”, en un edificio de almacenes, y el “art decó” en cines y comercios.

Accedemos a la ciudad vieja por la gran puerta de la muralla, de ladrillo rojo perfectamente conservada, y deambulamos por sus calles y plazas recoletas, donde en la Edad Media se agrupaban los gremios artesanales, predominando los talleres textiles. Hay gran abundancia de edificios de estilo gótico y el del Ayuntamiento sorprende por su elegancia y floritura, es como una prolongación del palacio de los Reyes de Mallorca. En el centro del patio de un edificio anejo al “Hotel de Ville”, descubro “Mediterráneo”, la escultura de Aristides Maillol, representado por una mujer en actitud pensativa.
Este célebre, pintor, grabador y escultor era natural de Banyuls-sur-Mer, pueblo costero del Langedoc-Rosellón, e inspiró al cineasta Fernando Trueba el personaje protagonista del escultor en la película “El pintor y la modelo”. Casualmente está programada una visita a Banyuls-sur-Mer, donde en sus calles y paseos se exhiben obras de este ilustre artista.

Miercoles 1 de mayo
Nos dejan el día libre, no en vano es el día de los trabajadores, fiesta en todo el mundo o al menos creo que en toda Europa, y como estamos deseando conocer la tristemente famosa playa de Argelés, nos vamos andando hasta ella, pues está solamente a un kilómetro de distancia de la Residencia. Aunque soleado es un día ventoso que no invita al baño, la gente toma el sol y pasea por la orilla. La playa es enorme y larguísima, no en vano fueron internados allí 100.000 refugiados españoles huyendo de España tras el fin de la Guerra Civil Española en 1939. La huida se realizó a través de los pasos fronterizos de la Junquera y Port Bou. Entre otros refugiados celebres estuvieron confinados allí, Vicente Ferrer, Josep Renau, Antonio Sánchez, Miguel Prieto Anguita. En las proximidades de la también llamada playa Norte, contemplamos un monolito en homenaje a esos cien mil españoles que pasaron por el campo, con la siguiente inscripción: “A la memoria de los 100.000 republicanos españoles, internados en el campo de Argelés, tras la retirada de febrero de 1939. Su desgracia: haber luchado para defender la Democracia y la República contra el fascismo en España de 1936 a 1939. Hombre libre, acuérdate”.
Alegre Rodríguez, uno de los amigos que nos acompañan en la visita, nos cuenta su dramática historia. Alegre Rodríguez es un español afincado en Argelés que llegó de niño con su familia huyendo del fascismo y que tuvo que sufrir la separación de los suyos. Su padre activista de la CNT, permaneció en esta campo durante casi dos años padeciendo las terribles condiciones en que vivían: la falta de alimentos, el agua potable y sobre todo el frío; tanto es así que se veían obligados a cavar agujeros en la arena para dormir tapando la boca del hoyo con una manta. Todo esto lo cuenta Alegre con gran naturalidad, sin un atisbo de rencor en su voz. Él y su familia se quedaron en Francia como otros cientos de españoles que adoptaron la nacionalidad francesa.
Al término de la emotiva visita, los franceses, siempre atentos, nos llevan repartidos en varios coches hasta el Cementerio de los Españoles, a las afueras de Argelés, donde una lápida vertical recuerda a los republicanos fallecidos en el Campo y otra de menor tamaño a los niños fallecidos de menos de diez años. Como colofón damos un paseo en automóvil por la montaña que bordea la costa y, esta vez, podemos contemplar el paisaje de esta parte del Rosellón en todo su esplendor. Verdes colinas, bosques de pino mediterráneo, alternando con el rojo de las terrazas de los viñedos que, trazando dibujos ondulantes, descienden hasta el mar.

Jueves 2 de mayo
El último día ha sido reservado para Colliure. Al llegar lo primero que hacemos es visitar la tumba de Antonio Machado. El poeta abandonó España ya enfermo y al límite de su esperanza y de sus fuerzas. Murió en esta ciudad en una humilde habitación de hotel el 22 de febrero de 1939 a los 64 años.
La tumba, en el pequeño cementerio, es sencilla y no faltan nunca las flores y la bandera de la República. Nos apiñamos alrededor de ella, mientras Ricardo, uno de los participantes, lee el poema “Retrato” que encabeza el poemario “Campos de Castilla”, con tal sentimiento, que invade una gran emoción a los españoles, e incluso algún alemán. Cuando terminamos de hacernos fotos junto a la tumba, nos disponemos a dar un paseo por Colliure, que resulta ser una bonita y alegre ciudad costera de veraneo. Este día rebosa de gente en la playa y en las calles, quizás porque es el primero verdaderamente primaveral, después de las incesantes lluvias. La bahía con su puerto, playa, palacio Real y, frente a él, la iglesia de nuestra Señora de los Ángeles, con su original torre campanario, no deja de ser un conjunto atractivo para los aficionados a la fotografía. Nati, nos cuenta que este lugar ha servido de inspiración a los pintores impresionistas. Prueba de ello es que de los muros del boulevard cuelgan réplicas de paisajes de Vlamik, Matisse, etc. Nos dejan tiempo libre para dar una vuelta por sus estrechas calles, repletas de comercios y restaurantes, para realizar algunas compras e, incluso, tiempo para saborear un café en una de sus concurridas terrazas.
Por la noche, nuestros anfitriones nos obsequian con una cena especial de despedida con baile incluido. Durante la animada y sabrosa cena, nos intercambiamos teléfonos y correos para seguir conectados y participar en estos instructivos encuentros, a la vez que hacemos nuevas e interesantes amistades.




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