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Cuaderno ilustrado
de Perú - III
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Historia
de un minuto (1) La
Plaza de Armas de Cuzco, corazón de la vieja ciudad,
donde desde hace siglos la gente acude para manifestar su
protesta, su alegría, su dolor o su esperanza. La plaza
que hoy cruza la caravana electoral con sus músicas
atronadoras y sus banderas al viento sin notar que, en un
minuto mágico, la luz del atardecer vuelve de oro la
Iglesia de la Compañía. ©
Sofía Aragón Sánchez |
Historia de un minuto
(2)
“Parece Salamanca”
murmura una española, necesitando dar a tanta belleza
un significado familiar para poder asimilarla. Y dispara
su cámara entusiasmada. Luego, como la turista
apresurada que es, gira sobre si misma, y dispara sobre
la Catedral. ¡Ay, ha pasado el minuto de gloria!
El cielo es aún azul y rosa, pero el oro ha desaparecido
una vez más.
©
Sofía Aragón Sánchez
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Iglesia
y convento de la Merced y arcada de la plaza Kusipata (Cuzco)
La fundación de la iglesia
y convento de la Merced se atribuyen a Riña Sebastián
de Castañeda en el año 1535. Se encuentra
ubicado en la Plaza Kusipata, que está rodeada por
una serie de arcadas que como puede apreciarse en la foto,
iglesia y plaza forman un conjunto de gran belleza que es
lo que la artista ha querido plasmar en la foto y por otro
lado captar el contraste entre la luminosidad del edificio
religioso y la arcada de la plaza.
©
Piedad Liquete Delgado |
Iguales no, diferentes
Foto realizada en la Plaza
de Armas de la bella ciudad colonial de Trujillo, con sus
particulares ventanales que guardan una equilibrada armonía,
con un diseño y unos colores muy relajantes, pero
que son ventanales diferentes a pesar de sus similitudes.
© Miguel Tomás López Martínez-Rey |
Las fotografas de Diós
En el atardecer de la plaza
de Armas de Cuzco, en la tranquilidad y sosiego de su entorno,
parece que va a suceder un milagro. Dios todo poderoso y
omnipotente, va a surgir presuroso de entre las nubes, como
si fuera la hora de recogida y llegara tarde para la cena.
Pronto entrará en su casa, la Catedral.
Pero en ese momento una nueva secta, que nunca descansa
en buscar a Dios entre el cielo y la tierra, está
dispuesta a plasmarlo fotográficamente, para dar
fe de ello y revelar al mundo su razón de ser.
Aparezca, o no aparezca, ellas nos lo justificarán.
© Bernardo López Díaz |
Paparazzi
de convento
Véase la fotografía
de un paparazzi agazapado en el Monasterio de Santa Catalina,
entre las columnas de color pasión de nazareno, ayudadas
por la luz y el cielo de Arequipa. No se sabe con que intenciones.
¿Que inquietudes le sobrecogen? Quizás la
desnudez de la novicia en su estancia conventual que a través
de los visillos de la ventana le ofrece su virginidad corporal
y juvenil, o quizás quedó atrapado en el místico
y morboso tamaño de las bragas de la Madre Superiora
tendidas al sol Peruano.
Me inclino por el romanticismo. Y creo que esta dando testimonio
del lugar de fuga de Sor Domínguez, que fue capaz
de hacer enterrar a otra en su lugar, para entregarse a
la vida terrenal y dejar la espiritual para el más
tarde ocaso de sus días.
No obstante habrá que preguntarle al PAPARAZZI.
©
Bernardo
López Díaz |
Patio
de una casa colonial en Arequipa
Paseando por la ciudad de Arequipa
encuentro este patio en una casa colonial, que por su luz,
color y arquitectura, me evoca rincones de la ciudad de
Córdoba en España. Tan lejos y tan cerca.
© Carmen Iglesias Canal |
Amanecer
en la plaza de Chachapoyas
Era primera hora de la mañana,
con el cielo nublado que amenazaba lluvia, con pocos transeúntes
que la cruzaban a paso ligero. Sin embargo, todo eso no
le quitaba encanto a la sobriedad de las fachadas, todas
de color blanco y el color oscuro de puertas y balcones.
Invitaba a sentarse en uno de sus bancos y respirar tranquilidad..
©
Celia Águeda Martín
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Plaza
de armas de Cuzco
Quise mirar y vi, entre balconadas,
una plaza bulliciosa... ¿Dónde estoy? Estoy
aquí, en Cuzco, ciudad única, con su bella
fachada barroca de la iglesia de la Compañía
de Jesús y de la catedral.
© Carmen Iglesias Canal |
Trujillo
al sol del atardecer
Tuvimos suerte esa tarde y
salio el sol. Eso ayudo a sacarle los colores a las fachadas
de los edificios que lo rodeaban. Era un marco perfecto
para el ambiente que habia: mamàs con niños,
vendedores de chucherias, músicos, turistas haciendose
fotos, guardias dirigiendo el trafico. Era una plaza llena
de vida.
©
Celia Águeda Martín
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