SAN AGUSTIN (Colombia)
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  LOS COLORES IMBORRABLES DE SAN AGUSTIN


San Agustín, en el departamento del Huila (Colombia) es una de las riquezas sagradas más sorprendentes en América. Los indios de esta región cultivaron una visión del mundo donde la fuerza secreta de la naturaleza era la fuente de conocimiento para su diario vivir. Esta ubicado a 507 kilómetros al sur occidente de Bogotá. La región ofrece al viajero un clima equilibrado; no hace mucho calor y las noches son frías gracias a sus 1600 metros s.n.m. Fue declarada en 1995 patrimonio Histórico de la Humanidad por la UNESCO.

Se llega al pueblo por vía terrestre desde cualquier ciudad o en avión hasta Neiva y desde la capital opita se viaja en autobús. Los pasajes son económicos y en el pueblo a diferencia de muchos sí se puede ir al mercado con una canasta gigante para encontrarse con gran variedad de productos frescos y baratos. La parte urbana del municipio es pequeña. Las calles anchas y pavimentadas, los lugareños como excelentes anfitriones le saludan desde que el viajero se baja del bus y, de súbito, aparecen los guías turísticos ofreciendo un paquete completo de sitios para visitar, desde ir al nacimiento del río Magdalena a cinco días en caballo, el rafting, hasta ver la Osa Mayor en la madrugada.
Así las cosas, desde el pueblo ya se presiente la mirada milenaria y penetrante de los monumentos labrados a mano sobre piedra, por unos indios enigmáticos quienes poseían el lenguaje único de comunicación con agentes espirituales de una alta dosis de fuerza cósmica.
Las piezas talladas sobre piedra durante cientos de años (descubiertas apenas en el S. XX) hacen gala a la fisonomía de aves, felinos, mujeres, hombres, niños, serpientes y demonios ubicadas en tumbas con una arquitectura relacionada al poder místico de la muerte que los indios imprimieron a la vida del más allá. También se ven partes de animales en piedra como la cabeza de Oso que mira imperturbable lo profundo del cañón en uno de los sitios arqueológicos bautizado como la Chaquira; allí, las montañas dormidas son como gigantes verdes de tierra fértil. La Chaquira se encuentra ubicada en una semi-pendiente; en el sitio se ven figuras de monos, la diosa de la lluvia y la figura de una mujer quien mira en dirección recta donde se hallan otras estatuas. La profundidad del cañón aviva una sensación de vértigo.
La pieza principal de la Chaquira es una piedra de varios lados ubicada al borde de la montaña y representa la fuerza secreta de la vida e invita a lanzarse al vacío porque se intuye que no se pierde la existencia, sino que entra en el hogar invisible del río Magdalena donde aún se oye el grito de la Gaitana; india rebelde que, según la mitología, se lanzó por los aires para no dejarse atrapar de los españoles.

Una particular distinción de las estatuas son los ojos. Algunas tienen rasgos igual a la mirada del águila, otras, miran con ojos muy abiertos como en estado de éxtasis o máximo placer. Por su parte, los colmillos en su boca semejan los de un felino a quien los indios de la región ofrecían tributo; tales figuras obedecen a la imagen de chamanes, sacerdotes o hechiceros cuidanderos de la tumba en que el muerto viajaba a otro mundo acompañado de artículos valiosos que al descubrirse fueron saqueados por guaqueros y, otros están en museos extranjeros. Las tumbas eran diseñadas para las personas de altísimo rango las cuales son vigiladas por una o varias estatuas como guardianes del difunto; tienen forma perpendicular y transversales formando un montículo. En la parte trasera, se halla el sarcófago cubierto por una lámina de piedra delgada de acuerdo al tamaño de la persona. La antigüedad indígena en San Agustín veneró la muerte como una forma de viaje con una base ciento por ciento espiritual, es decir, adoraron en suma sacralidad la madre tierra. Luego sus rituales se ofrecían a la naturaleza con la idea de que les bendiciera la vida y la cosecha fuera abundante.

De otro lado, a sólo 2 km del pueblo se encuentra el Parque Arqueológico, lugar en donde se aprecían figuras, tumbas y sitios en que los indios hacían rituales en respeto a la Pachamama, por ejemplo “El Alto de Lavapatas”, considerado de vital trascendencia porque las ceremonias sagradas eran en honor a la vida, los buenos espíritus, la familia y el amor al cielo.

Otro espacio arqueológico que se puede visitar es el “Alto de los ídolos” a 6 km de la parte urbana: se encuentran tumbas, sarcófagos, figuras de chamanes y, mujeres en el instante del parto. Es importante entender que las piezas arqueológicas en San Agustín fueron halladas en primer lugar por los guaqueros, a través de la información obtenida de los campesinos cuyo conocimiento venía de la tradición oral guardada con celo por generaciones a través de creencias, leyendas y mitos.

Otro lugar es Isnos (pueblo cercano a San A.) donde existe una de las piezas más sobresalientes: “El Doble Yo”. Estatua misteriosa que muestra una simbología espiritual de nuestra doble o triple personalidad, o sea, apunta a la infinita variedad de máscaras en el ser humano. “El Doble Yo”, es una estatua de 1.80 mts con dos caras felinas y un lagarto cayendo por la espalda de las dos caras, que da a entender la unión entre el hombre y su interior salvaje.

Las primeras piezas arqueológicas descubiertas en San Agustín se hallaron en el “Purutal”; estas figuras tienen un rasgo imborrable de mucha antigüedad sólo presentes en dichas estatuas: el color…En el “Purutal” (3 Km de S. A) los chamanes guardianes de la tumba están pintados de rojo, amarillo y un color oscuro. Su fisonomía es muy marcada por rostros salvajes, dientes grandes y mirada desafiante. Al preguntar por el origen del color, se lleva la sorpresa el visitante al informarse que el árbol donde apoya su mano picada de zancudos es de donde se extrajo el color rojo.

San A… fue una cultura admirable por toda su forma extraña en que están ubicadas las piezas. Estos sitios sagrados (Purutal, Parque Arqueológico, Alto de los Idolos, Isnos y la Chaquira) forman una cuadrícula matemática perfecta, es decir, muchas de las figuras se miran de un lugar a otro. La figura de la mujer en la Chaquira, por ejemplo, dirige su mirada a las estatuas del Purutal y éstas observan las ubicadas en el Parque.
Faltaría demasiada tinta para escribir de esta extraordinaria riqueza arqueológica: sus costumbres, creencias, rituales, guerras, simbología, visiones etc. Sólo nos quedan las imágenes antiguas en piedra de ojos grandes, mirada pérdida y dientes felinos que en las madrugadas oscuras se les oye mascar la hoja sagrada de la cordillera de los Andes: la coca.

Junio-07


William Fernando Pino P.

Para saber más:

Página oficial de San Agustín como patrimonio de la UNESCO
http://whc.unesco.org/en/list/744

  Campaña comercio justo

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