LONDRES
RECÓNDITO
La
capital británica tiene lugares para todos los gustos: museos,
música, moda, arte, eventos deportivos, vida nocturna, espectáculos
e incluso naturaleza. Y es fácil llegar hasta allí
en los numerosos vuelos diarios que parten de Madrid o Barcelona
(Destinia
facilita la reserva de los vuelos Madrid - Londres).
Sería imposible anotar todos los sitios
interesantes de la capital británica en unas pocas páginas,
por lo que vamos a pasear solo por unos pocos de ellos que tienen
alguna peculiaridad especial, fuera de los lugares comunes.
Empezaremos
por lo que podríamos llamar Londres oculto. Entre los grandes
palacios victorianos, el Parlamento y su reloj, la catedral de Westminster,
la National Galery y otros enclaves majestuosos y de fama merecida
existe un Londres interior, de casas tranquilas, de bibliotecas
en penumbra, y salones con té caliente a media tarde, que
guarda tesoros sorprendentes. Uno de los más llamativos es
la galería de arte de Guildhall, el gran edifico medieval
de la ciudad. En su sótano se conservan los restos del anfiteatro
de Londinium, la Londres romana, abiertos al público. Junto
a este edificio medieval está la iglesia de St. Lawrence
Jewry, que por su extraño alineamiento con respecto al resto
de la calle parece haberse construido sobre los cimientos del anfiteatro.
No muy lejos, en el 111 de Canon Street, puede
verse una parte de la mitología londinense, la London Stone.
Se dice que fue parte de un templo construido por Bruto de Troya,
legendario fundador de la ciudad. Para algunos arqueólogos
es simplemente un trozo de un miliario romano.
Si queremos seguir con los restos de Londinium,
es hora de ponerse a buscar la muralla y sus puertas: un fragmento
importante está en Cooper’s Row y otro en Tower Hill.
Paseando hasta Barbican Estate veremos uno de los torreones romanos;
y no podemos olvidar el Museum of London, donde se conserva otro
tramo y buena información sobre lo que fue Londinium. A poca
distancia de allí, en la grandilocuente catedral de San Pablo,
se esconden celosamente más vestigios de Londres en la Antigüedad:
la catedral se construyó sobre el emplazamiento de un templo
romano, y éste a su vez sobre un dolmen; sus restos se conservan
en la gigantesca cúpula, entrecruzados con sarcófagos
de personajes ilustres.
El
almuerzo se sirve temprano en Gran Bretaña. Aprovechemos
la oportunidad para comer en otro lugar poco visible, pero de menú
casero y precio moderado, la cripta de St. Martin in the Fields.
En esta iglesia de Trafalgar Square se encuentra el café
In the Cript, muy popular al mediodía. Bajo sus bóvedas
del siglo XVIII puede degustarse una comida ligera, y algunas noches
a la semana incluso hay sesiones de jazz.
Ahora dirijámonos a la National Galery,
en la misma plaza, para hacer una incursión a sus entrañas.
Si es miércoles podremos visitar una sala exclusiva, la Sala
A, cerrada el resto de los días, y que guarda algunos de
los mejores tesoros de la Galería.
Una propuesta interesante para pasar la tarde es
desplazarse hasta el barrio de Chelsea y visitar el Chelsea
Physic Garden, un jardín botánico coqueto creado
en siglo XVII a orillas del Támesis. Una sociedad de farmacéuticos
lo planeó para que sus aprendices pudiesen estudiar las plantas
medicinales. Allí se imparten clases de botánica,
se enseñan su cultivo y sus propiedades, se investiga sobre
ellas, y además se organizan visitas guiadas para el público
en general. Un lugar algo desconocido, pero lleno de encanto.
Si aún quedan ganas y fuerzas para seguir
visitando curiosidades, lleguemos hasta el 18 de Folgate Street.
Allí se halla la casa de Dennis Sever, un curioso museo que
recrea la vivienda de una familia hugonote del siglo XVIII. Esta
familia ficticia, los Jervis, son tejedores de seda, y forman parte
de la clase acomodada del Londres barroco. Todo está ambientado
como si la familia viviese realmente en la casa. Una recreación
magnífica.

Y para concluir este pequeño recorrido por
rincones un tanto secretos hay que darle una oportunidad al extraño
museo
de Sir John Soane. Extraño porque además de una
extensísima colección de objetos de arte acumulada
por este arquitecto que vivió a caballo de los siglos XVIII
y XIX, contiene un Museo de los Misterios. Es un apartado sobre
especulaciones arqueológicas, plasmadas en pinturas y grabados,
donde los autores inventaron, o imaginaron, enclaves arqueológicos.
Además guarda en su interior nada menos que el sarcófago
de alabastro del faraón Seti I, cuya tumba es una de las
más ricas del Valle de los Reyes.
Los
grandes parques londinenses invitan al paseo, cuando el clima lo
permite, y junto a uno de ellos, el de Kensington, podremos evocar
una aventura cinematográfica. Se trata del Museo de Historia
Natural. En este edificio de estilo historicista, que recuerda un
tanto a una catedral gótica, se rodó parte de la película
Greystoke. En él transcurren algunas de las escenas más
dolorosas y decepcionantes para el protagonista. Visitar el museo
proporciona, además de un recorrido extenso por fósiles,
plantas y animales de todos los continentes, una extraña
sensación de haberse trasladado en el tiempo, y a veces en
el espacio, pues el edificio recuerda la época gloriosa de
las expediciones científicas.
Londres es inacabable como destino turístico, igual que otras
grandes capitales europeas, pero aquí os hemos propuesto
un modo distinto de visitarla.
Para
saber más
Guía
de Londres online
http://www.londres.es

Jesús Sánchez Jaén
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