CAMINO SALVAJE - MONGOLIA
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FESTIVAL DE LAS AGUILAS DE MONGOLIA

Publicado: 23 - 11 - 2018

Camino Salvaje es una web, o un blog, o ambas cosas a la vez, dedicada al mundo de los viajes desde una perspectiva muy particular. Su autora, Julia del Olmo, escribe reportajes muy atractivos, por lo peculiares y porque suelen tratar temas poco conocidos. Hemos elegido uno de ellos, el del Festival de las Águilas de Mongolia, para dar a conocer la web en sí misma y también esa curiosa celebración de la estepa mongola.

En el extremo oeste de Mongolia, donde la planicie del altiplano termina y el macizo del Altai sirve de frontera con China, Rusia y Kazajistán, las tribus seminómadas Burkitshi, parientes de los kazajos, mantienen con orgullo su tradición de cazadores cetreros. Las águilas son sus compañeras de caza y sus compañeras de vida, ya que han convertido la caza con ellas en un arte esquisito, que va más allá de la mera captura de animales para el sustento. Los jóvenes kazajos (o burkit) empiezan su entrenamiento con las águilas a los trece años. Habitualmente empiezan con un águila joven, que va creciendo y aprendiendo al mismo tiempo que ellos. La habilidad en vuelo y la compenetración del ave con su dueño es un espectáculo. Cada primer fin de semana de octubre los burkitshi se reunen para celebrar una gran fiesta antes de que las nieves cubran el paisaje y el frío se adueñe del horizonte, del aire y de la vida.

 

Las aguilas son capturadas cuando son poco más que unos polluelos, para que el aprendizaje se realice mejor. Pero la cultura de estas gentes nómadas no les permite esquilmar impunemente los nidos. Cuando águila y dueño llevan ocho años cazando juntos el animal es puesto en libertad. El cazador sabe que el águila no morirá de hambre, pues domina el arte de la caza, y en libertad podrá criar y algún día nuevas águilas podrán colaborar con los kazajos. Al menos esa es la tradición; no sabemos si la realidad actual . La caza como actividad de supervivencia ha dejado de tener sentido incluso en ese rincón remoto de Asia Central, y la cetrería se mantiene sobre todo como un arte que atrae turistas con ganas de ver tradiciones curiosas. Es posible que si la sedentarización va avanzando en el Altai, la cetrería perviva solo gracias a su rentabilidad como atractivo turístico.

La autora de Camino Salvaje lo ha vivido en primera persona, y lo narra en un texto alegre y atractivo. Además nos cuenta una curiosidad muy llamativa, sobre todo si pensamos en el tipo de sociedad patriarcal que impera en estas comunidades seminómadas de Asia Central: la historia de la única mujer cazadora con águilas, Aisholpan Nurgaiv.

El caso de Aisholpan, que desde muy joven se atrevió a romper con las tradiciones de su pueblo y dedicarse a una actividad reservada a los hombres, ha sido conocido gracias a un documental dedicado a sus hazañas en el adiestramiento y manejo del águila y a su perseverancia para seguir adelante con su sueño. El trailer del documental puede encontrarse en https://youtu.be/Vfi5JS6HTH0 Las imágenes son espectaculares.

No es este el único reportaje interesante de Julia de Olmo. Su web contiene otros artículos, fruto de sus viajes, que merece la pena seguir.

 

 

Jesús Sánchez Jaén