LIBROS
Artículos  Clásicos  Diseño de viajes  Documentos  Viajeros  Principal 

VIAJE POR EL NILO

Sin duda Egipto es un destino clásico para viajeros de todo el mundo, y existen cientos de publicaciones dedicadas a divulgar la cultura y el arte de la tierra de los faraones. Pero en este caso nos encontramos con un libro algo distinto.

En 1887 E. V. Gonzenbach parte de Venecia con su familia y sirvientes, arriba a Alejandría y allí alquila una dahabie, nave pequeña, cubierta, de poco calado, tradicional en Egipto, en la sucursal de Thomas Cook e hijos, pioneros de los viajes organizados. Con ella emprenderá un viaje de ida y vuelta hasta Abu Simbel, en el que empleará más de un año. Lleva con él un amigo dibujante, R Mainella, al que encarga captar en láminas lo más atractivo del itinerario; se adentra en el desierto buscando piezas de caza; remonta los rápidos, o cataratas, de Assuan contratando a las tribus locales para que remolquen su nave, y coincide varias veces con alguno de los primeros cruceros de turistas por el Nilo, en lo que eran los albores del turismo de grupo, describiendo cómo funcionaba en el siglo XIX aquella incipiente agencia de viajes llamada Thomas Cook. Lo más llamativo, no obstante, es la deliciosa descripción de los monumentos que encuentra a su paso, de las gentes que viven a orillas del gran río y de las costumbres locales. Y el discurrir de la vida del Nilo, todavía por entonces generador de cosechas, marcador del paso del tiempo y distribuidor de bienes a sus ribereños. A finales del siglo XIX el Nilo lo es todo en Egipto, y la vida a su paso discurre bajo casi las mismas pautas que 3.000 años antes, pues todavía no existe ningún embalse que entorpezca su milenario devenir.

El texto de Gonzebach, más que un diario de viaje, puede considerarse el relato de un periodo de su vida, pues no visita Egipto sino que vive en el río, anotando su sorpresa, admiración o desagrado ante lo que ve, como cualquier viajero, pero con un sentido del tiempo muy alejado de lo que conocemos hoy día: está en el Nilo y su objetivo es llegar a Abu Simbel, sin preguntarse si ha transcurrido un mes, dos o cinco desde su partida.

Si no se conoce Egipto y se piensa visitarlo el libro constituye una excelente recreación y toma de contacto; incluso puede servir como compañero de viaje para leer in situ la experiencia de un visitante hace 150 años. Si ya se ha estado en Egipto, es una oportunidad para rememorar sus fascinantes imágenes.

E.V.Gonzenbach. Grabados de R. Mainella, Barcelona, Laertes 1982

Jesús Sánchez Jaén