SAJAMA

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  Un pedacito del altiplano boliviano

Publicado: 20 - 6 - 2017

En la cordillera occidental de los Andes se encuentra el Parque Nacional de Sajama en Bolivia. Primer área protegida del país (1939) con algo más de 1.000 Km cuadrados y una altura que va desde los 4.200 m a los 6.542 m. del volcán Sajama, el más alto de Bolivia.

Envueltos por un bosque de queñuas, árboles de porte achaparrado y corteza dorada que crecen a mayor altitud en el mundo (hasta los 5000 m) subiendo la empinada pendiente de un monte próximo se llega a un mirador desde donde asomarse a contemplar la majestuosidad del pico nevado, de este volcán inactivo que domina la altiplanicie y el pueblo del mismo nombre.

Sajama es una pequeña población; con la escuela, la plaza con su singular iglesia, a cuya torre es aconsejable subir, y modestas casas de adobe a las que, desde hace poco tiempo, llegan la electricidad y el agua corriente (tras la puesta en marcha de un plan nacional llevado a cabo por el gobierno en las zonas rurales del país).
Las comunidades que habitan en Sajama se dedican principalmente al pastoreo de llamas y alpacas. También participan en la gestión del parque. Ofrecen habitación y comida a los visitantes y disponen de pequeñas tiendas con algunos comestibles. Todo muy sencillo pero suficiente para protegerse de las bajas temperaturas nocturnas y proveerse de la energía necesaria para recorrer el extraordinario paisaje del lugar.

Desde el pueblo se puede dar un largo paseo hasta la laguna Huayñakota, muy extensa y seca fuera de la época de lluvias. Es el dominio de huidizas vicuñas y suris. Por el camino se encuentran dispersas casas de pastores. Llamas y alpacas comen los ásperos matojos de la puna y curiosas se dejan observar y fotografiar ¡algunas parecen que posan! con sus orejas adornadas por coloridos hilos de lana que las identifican.
Dejando el camino aparece el bofedal, humedal de altura. Aguas pluviales, del deshielo y afloramientos de aguas subterráneas se abren paso entre la vegetación formando un laberinto caprichoso y fantástico.
La actividad volcánica ha creado en campo abierto unas piscinas naturales de aguas termales de ensueño. Es imprescindible tomar un baño. El contraste de la temperatura ambiental con la del agua, la quietud del lugar y el entorno rodeado de montañas, con el siempre dominante Sajama... será imborrable.


Otro recorrido interesante es subir a “las lagunas de altura” que se encuentran a más de 5.500m. de altura. Un paraje magnífico que requiere algo de esfuerzo para llegar; una vez allí compruebas que ha merecido la pena. Y no sólo las lagunas sino todo el recorrido.
El camino está bien marcado y en buen estado. Una pista recorre la llanura llegando a los geisers Juchusuma. Discurre un pequeño río de aguas templadas y los geisers hierven expulsando chorros de agua y vapor y ese característico olor mineral, ¡con esos colores imposibles!

Hay que continuar por un sendero; los más de 5.000m. se van notando. Aparece la primera laguna, según un cartel es territorio chileno pero sus pobladores son aves y cuis que corretean entre las rocas alfombradas de yareta, planta utilizada como combustible, una vez seca, para hornos y estufas.
Un esfuerzo más por un zigzagueante camino y se llega a una segunda laguna.
¿Cómo describirlo? NATURALEZA ESPLENDIDA. Sientes una enorme gratitud por poder llegar y disfrutarlo, pero sobre todo de que aún se conserven lugares así.

Cuando viajé a Bolivia, Sajama no era un destino predeterminado. Apareció un poco por casualidad y llegar desde Oruro se hizo complicado por horarios de buses, salida incierta, largas esperas... pero llegué. Su recuerdo aún me inunda de una placidez muy valiosa en estos ritmos acelerados de la realidad cotidiana.

 

 

Texto y fotos:
Concha Reyes


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