CUADERNOS DE VIAJE
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ANTARTIDA, UN DIA CUALQUIERA

Día 21


Amanece nevando con grandes copos, que impiden prácticamente la visibilidad a través de los cristales. Se ha cambiado el itinerario, porque en las Islas Shetlands el tiempo no nos permitía ningún “landing”, pero llegando a la península Antártica, el tiempo no parece mejor.
Después del desayuno, a las 7:30, nos animamos; el capitán espera una mejoría y por megafonía nos invita a la parafernalia habitual: preparación con “todo el equipaje” y espera en la recepción .
Por fin el sol nos acompaña tímidamente. Estamos en la isla Enterprise; el recorrido en zodiac ha sido corto. Bajamos a tierra, gracias a las botas de goma, mojándonos sólo algo los pantalones impermeables.

Vemos leones marinos sobre las rocas, gaviotas, cormoranes y algún pingüino, caminamos un rato manteniendo la distancia con los animales convenida y montamos de nuevo a las zodiacs para llegar hasta un barco hundido en 1894, éste se quedó abandonado después de sufrir un incendio el aceite de focas que contenía; salvaron parte y abandonaron el barco.
Hacemos abundantes fotos, porque está lógicamente bastante colonizado, y parece un poco fantasmagórico.
Contemplamos las formas de desgaste de los icebergs, según su causa; no nos cansamos de este arte fascinante. El lugar se llama bahía Guillermina
Después de comer, seguimos contemplando desde el salón los magníficos icebergs que desfilan ante nuestros ojos. Una alemana que estaba a mi lado me dice o se dice a sí misma: “ no es filme, es realidad” . El mar está como una balsa, navegamos muy cerca de la costa
Hoy nos han contado que cuando llegan unos vientos llamados catabáticos, los cuales soplan desde el interior a la costa, arrastrados por la gravedad debido a la mayor densidad del aire en los polos; como esto puede durar horas los turistas que están en la isla, hacen un agujero en el suelo, se cubren con la zodiac y… a esperar. Prefiero no experimentarlo.
15.40, Nos acercamos al canal Herrera
Salimos de nuevo a las 16:30, esta vez parecemos perdidos entre los icebergs, totalmente rodeados; llegamos a una “playa” y desde la base con abundante nieve, comenzamos la subida para visitar colonias de pingüinos papúa, es la costa Danco
Es divertidísimo contemplarlos pasear y subir a la colina, por sus senderos. Unos hacen sus nidos, otros se aparean o simplemente se hacen carantoñas.


El esfuerzo de la subida ha valido la pena.
Llegada al barco, cambio de ropa, y poner a secar, porque de nuevo hay salida después de cenar.
Hemos brindado con cava, por pisar suelo antártico y la cena era totalmente chilena, como la tripulación y el barco
Tras un breve desplazamiento en zodiac, de nuevo hundiéndonos en la nieve, subimos hasta un collado, con la luz de un atardecer sin fin, hoy estamos en suelo continental. Ha habido un momento casi de nirvana, unos sentados, otros tumbados, otros de rodillas sobre la nieve, en total silencio… Esta vez eran pingüinos barbijos nuestros acompañantes en Spigot cape.
Por fin la tranquilidad en el salón, pero ¿quién puede leer un rato cuando nos visitan ballenas jorobadas en esta noche día sin ocaso?
¡ Caramba con el crucero que pensaba de gente jubilada, añada…! qué trajín de cambio y secado, cazadora, chaleco, botas, pantalón sobre pantalón.
Durante la noche el buque permanecerá quieto.
Muevo la cortina y sigo viendo a las 12:30 de “la noche” el desplazamiento de los icebergs arrastrados por la corriente.

 

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